Vincit qui se vincit.
Vence quién se vence a sí mismo.
En la Roma del siglo 295 a.C., el viejo Quinto Fabio Máximo Ruliano es una especie de monumento viviente. Ha desempeñado, cuatro veces, el cargo de cónsul y, cuatro veces, ha llevado a cabo con dedicación y esfuerzo los encargos que la República le ha asignado. Ahora, el Senado solicita de nuevo sus servicios para afrontar una amenaza aún más grave. Samnitas, etruscos, senones y umbros han establecido un pacto de hierro y están reuniendo a un inabarcable ejército para asediar Roma y borrarla de un plumazo de la historia.
Ruliano acepta el encargo con una condición, tener a su lado como cónsul a Publio Decio Mus, un valiente militar que ya ha desempeñado dicho cargo tres veces. Mus es hijo de un héroe que se ha inmolado en una devotio, un sacrificio extremo, frente a los latinos salvando así la República, que ahora lo erige entre los más ilustres.
Los dos cónsules ponen en camino a las legiones para intentar detener a los ejércitos de los cuatro pueblos que se van a reunir. Sus brillantes mentes lograrán hacer que etruscos y umbros no lleguen a su cita con el destino pero, en la llanura del Sentino, los temibles galos y los indomables samnitas han logrado unir sus fuerzas y esperan la llegada de las legiones.
Quinto Fabio Máximo toma el mando del ala derecha de la formación, Publio Decio Mus se sitúa en la izquierda, deseoso de luchar y emular, en la defensa del honor, a su padre. Sabe que el día del enfrentamiento se verá cara a cara con su destino y está dispuesto a todo para dejar un recuerdo imborrable en esta fracción de historia que se recordará con el nombre de la batalla de Sentino.
EDICIONES B – Julio 2018
CASTELLANO – Tapa dura – 472 páginas – ISBN: 9788466656009